en la villa

la noche es luminosa, pienso mientras trato de amarrar mi pelo. Hace dos horas que trato de escaparme de la fiesta pero no pasa nada. Estaba esperando que llegara. Cuando salí del baño ya había luz en el cielo. Eran las seis de la mañana. Y afuera de la casa todos se despedían. Yo tomé mis cosas indignadas y me fui. El puto tiempo perdido, buscarte tanto y no saber jamás dónde estabas. Al lado mio está Natalia, no me dice nada por el cielo, supongo que no se da cuenta. En el antejardín Carlos está acostado con Alethia, yo los acompaño y él me abraza. Los quiero a ambos, toda la demás gente me parece patética.

A mi lado caminan mis amigos. Los conocí en una fiesta, y así seguiremos conociendonos para siempre. Tomamos pisco con limón soda. Sacamos las botellitas que cuestan doscientos pesos y las hechamos a unos vasos de vidrio que unas horas más estarían rotos en el suelo de mi casa. La Tania jugaba con el Carlos y él se arrancaba, todavía no pasaba nada. Después de un rato llegó luchito. Hablamos toda la noche. El Carlos decía que se acordaba de mí de hace tiempo. Porque tenía una polera que le gustaba. Esa morada que le gusta a todo el mundo.

La botella de salsa de soya daba vueltas unas semanas más tarde. En el living de mi casa nos reiamos con una caja de vino. Todavía no pasa nada. Eran dos hombres y cinco mujeres. Entonces no valía la pena. Total, unos besos más en la vida no te marcan. Del sexo que sean. Yo toda la semana me sentí pésimo. Da risa como las cosas son tan diferentes hoy -ja-.

Desde ahí que tenemos secretos y chistes internos que no les agradan a nadie que convive con nosotros, costumbres raras y lateras. Juntarse a hacer pan con huevo. Hacer cd y escucharlos por dos años seguidos. Hasta que descubrimos nuestro amor por los vibrantes sonidos del reggeton. En realida es cualquier cosa de lo que podamos reirnos un rato. Hacer coreografías tontas, cerrar los ojos y bailar.

En el pasto había una cámar que nos graba y nosotros mandamos saludos. Hoy hay gente que ya no existe, que cambió y que no vemos hace años. Nosotras llegamos sola no nos fuimos nunca. Nos buscábamos hace tiempo.

Marcelo está lejos de donde estoy yo. Alethia me pregunta que voy a tomar. Da lo mismo la respuesta, siempre tomo lo mismo. Miro a Marcelo y voy donde está. Hay una niña chica al lado de él que lo mira. Yo lo llevo donde la gente baila. Alethia me pasa el vaso. Esá casi transparente y me da miedo curarme porque siempre termina mal.

Era verano y mis padres no estaban. Todos fueron a la casa. La escalera. Cierro los ojos y Marcelo me besa. Abro los ojos y Karina está al lado mio y nos mira. Cierro los ojos y tengo a Karina cerca de mi cuello. Marcelo se va. Abro los ojos. Hay tres personas al lado mio. Cierro los ojos y siento una mano en mi pelo. Cierro los ojos un largo rato hasta que pase. Los abro y hay cada vez más gente. Me paro y me voy. Alethia se rie y yo pienso que ahora si que estamos todos locos.

Una de la mañana. Alethia me llama por teléfono llorando. Yo también lo estoy. Le pregunto por Marcelo me dice : mal. Lo llamo y estamos todos en las mismas. Yo un poco más desesperada. El Carlos y la Natalia un poco mejor. Me había tomado un alprazolam para que pasara más rápido la noche. Al día siguiente estabamos todos juntos.

hoy es lo mismo. y los quiero.



No hay comentarios.: